Patry y Alex se conocieron bajo las luces del set de Yo soy Bea, y desde entonces, su amor ha sido un viaje lleno de complicidad, risas y una profunda devoción mutua. Ellos han aprendido a mantener viva la chispa a lo largo de los años, construyendo una relación en la que el respeto y el cariño son protagonistas de su historia.
El Parque Natural de Cabo de Gata fue el escenario perfecto para su boda: un lugar donde la sencillez y la naturaleza se entrelazaron con la espiritualidad de la ceremonia. Rodeados por el paisaje desértico, el cielo infinito y el mar, Patry y Alex se miraban como dos personas que han encontrado en el otro su hogar. Cada gesto, cada promesa, estaba lleno de la certeza de que este amor es para toda la vida.
Esta película de bodas captura más que un evento: es un reflejo de la conexión única de Patry y Alex. Desde el primer «sí» hasta el último baile, cada momento es un recordatorio de que su amor es tan puro y eterno como el paisaje que los rodeaba aquel día.